Mensaje de Jesus

La Importancia de un Corazón Humilde

 

En el evangelio de Mateo (11,11-15), encontramos una joya espiritual que nos invita a reflexionar sobre la conexión profunda entre el mundo espiritual y el material. Jesús, en su enseñanza, nos revela que lo espiritual es la piedra angular que sustenta nuestro mundo material.

En el versículo 11, Jesús declara: «Les aseguro que no ha nacido nadie más grande que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él». Esta afirmación nos sumerge en la comprensión de que, a los ojos de Dios, la grandeza no se mide por la prominencia en el mundo material, sino por la conexión con el reino espiritual.

La conexión entre estos dos mundos es clara: «Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos avanza con fuerza, y los que tienen fuerza tratan de arrebatarlo» (Mateo 11,12). Aquí, Jesús nos revela que el mundo espiritual no es pasivo ni estático; está en constante avance y batalla. Es un recordatorio de que nuestras acciones y elecciones en el mundo material tienen un impacto directo en el reino espiritual.

La clave para entrar en este reino y alinear nuestros caminos con lo divino es la humildad. En el versículo 15, Jesús afirma: «El que tenga oídos, que oiga». Esta llamada nos insta a escuchar con el corazón, a ser receptivos a la guía espiritual que nos rodea. La humildad nos permite abrirnos a lo divino, reconociendo que nuestra grandeza no radica en la acumulación de riquezas materiales, sino en la conexión con lo espiritual.

Para retornar al reino espiritual, debemos cultivar un corazón humilde. La humildad nos libera de la arrogancia y la codicia, permitiéndonos reconocer que somos parte de algo más grande que nosotros mismos. Al adoptar una actitud humilde, nos volvemos receptivos a la gracia divina y nos alineamos con el propósito espiritual de nuestras vidas.

La grandeza en el reino de los cielos no se mide por logros terrenales, sino por la humildad y la conexión con lo divino. Al cultivar un corazón humilde, abrimos la puerta para regresar al reino de Dios y permitir que influya positivamente en nuestro mundo material.