Jesús nos enseña como intercede por nosotros ante nuestro Padre Celestial para que permanezcamos unidos en la Fe, vivamos en alegría y con amor.
Seamos también nosotros intercesores para vivir unidos al amor de Dios aceptando su voluntad.
Guardaos del mal y meditad junto a Jesús antes de actuar.
Creed que todo lo que pasa es la voluntad de Dios, aceptad lo que no te gusta con amor, creyendo que eso también es para bien.
Hazlo con amor, dando gracias a Dios.
Ten presente que quien no vive en la dinámica del mundo es santificado en la verdad y quien vive en la verdad vive en Dios.
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Lectura del santo evangelio según san Juan (17,11b-19):
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»
Palabra del Señor.