La fe es un regalo de Dios que nos abre las puertas del Reino de los Cielos.
Está en nosotros recibir este regalo de amor siguiendo a Jesús.
Dichosos quienes siguen y viven como Jesús nos enseñó, viviendo por la gracia de Dios.
A quienes viven por fe y no por vista, les serán revelados los misterios del Reino de los Cielos.
Vive con fe para que vivas feliz. Ese es el secreto de la vida.
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Convertirse en una Fuente de Luz: La Fe que Nos Abre el Reino de los Cielos
En Mateo 16:13-19, Jesús hace una pregunta fundamental a sus discípulos:
“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”
Simón Pedro responde con certeza:
“Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.”
Jesús, al escuchar su respuesta, le dice:
“Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.”
Con estas palabras, Jesús nos revela una gran verdad: la fe no es un conocimiento racional, sino un don divino. No es algo que se aprende con la mente, sino que se recibe en el alma. Es un regalo de Dios que nos abre las puertas del Reino de los Cielos.
La Enseñanza Espiritual: Convertirse en una Fuente de Luz
Desde la perspectiva de la cábala, lo que Jesús realmente nos está diciendo es que todos debemos convertirnos en Pedro, es decir, en rocas firmes de fe y fuentes de luz en este mundo.
La cábala enseña que cada persona tiene dentro de sí una chispa de la Luz divina, pero esta chispa solo brilla cuando vivimos con fe y alineados con la voluntad de Dios. En términos kabalísticos, esto significa conectarnos con la Sefirá de Kéter, la corona espiritual, que es la conciencia más elevada y la conexión directa con el Creador.
Pedro recibió una revelación que no venía de su razonamiento humano, sino del Padre celestial. Esto nos muestra que cuando vivimos por fe y no por vista, Dios nos revela los misterios del Reino de los Cielos.
Vivir con Fe para Iluminar el Mundo
Así como Pedro fue la piedra sobre la que se edificó la Iglesia, cada uno de nosotros está llamado a ser una piedra viva, un pilar de fe y amor en este mundo.
Cuando vivimos con fe:
- Nos convertimos en canales de la Luz de Dios.
- Aprendemos a confiar plenamente en la voluntad divina.
- Descubrimos que la verdadera felicidad no está en lo material, sino en lo espiritual.
Por eso, vivir con fe es vivir en alegría, porque sabemos que Dios nos guía y nos sostiene.
Jesús nos enseña que la fe no es solo creer en Dios, sino ser luz en este mundo.
Recibe el regalo de la fe y conviértete en una fuente de luz.
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Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19):
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
Palabra del Señor.