Jesús nos enseña las claves para vivir con fe y adquirir sabiduría, herramientas esenciales para alcanzar la verdadera felicidad. Él nos muestra que quienes lo siguen y meditan en su palabra encuentran el camino hacia una vida plena, guiada por la confianza en Dios y la paz interior.

La fe y la sabiduría son dos pilares fundamentales en nuestra relación con Dios. A través de ellas, comprendemos que todo lo que sucede en la tierra está bajo su divina voluntad. Si vivimos con integridad, siguiendo el ejemplo de Jesús, no tendremos nada que temer, ni siquiera en el día del juicio final. La voluntad de Dios es que seamos santos, y la santidad se alcanza al vivir como Jesús nos enseñó: con amor, humildad y obediencia a su palabra.

Meditación
Jesús nos llama a confiar plenamente en él y a vivir con la seguridad de que su voluntad siempre busca nuestro bien. Vivir como Jesús significa actuar con rectitud y mantenernos firmes en la fe, aun cuando enfrentemos dificultades y persecuciones. Si dejamos que él sea nuestra guía, podremos vivir en paz, sabiendo que estamos en el camino correcto hacia la vida eterna.

Jaculatoria
Señor Jesús, Hijo de Dios,
Ten piedad de mí, yo pecador.

Oración
Señor, dame la fuerza para vivir lo que tengo que vivir.
Señor, dame la sabiduría para saber cómo actuar.
Y que Jesucristo, el Señor, sea siempre mi viga de amarre.

Amén.


Sigamos el ejemplo de Jesús, vivamos con fe y confianza en que su plan para nosotros es perfecto. Al hacerlo, no solo enfrentaremos con valentía los desafíos de la vida, sino que también avanzaremos en nuestro camino hacia la santidad, el propósito último para el que fuimos creados. Jesús nos asegura que si permanecemos en él, nada podrá apartarnos del amor de Dios.

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Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,12-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»

Palabra del Señor.

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