Bienvenidos a otra reflexión en Escuela de Fe, donde exploramos las enseñanzas que nos ofrece la Palabra de Dios para inspirar nuestras vidas. Hoy nos sumergiremos en el Evangelio de Marcos (8,1-10) para descubrir una lección fundamental: «Jesús nos enseña a Compartir.»
En este pasaje, presenciamos el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Jesús toma unos pocos recursos, los bendice y comparte generosamente con la multitud hambrienta. Este acto de generosidad no solo satisface las necesidades físicas de la gente, sino que también revela una verdad profunda: Dios es quien provee y distribuye.
Así como Jesús compartió la bondad del Reino de Dios a través de la multiplicación de los panes, también nosotros somos llamados a seguir su ejemplo. La lección aquí es clara: confía en Dios, haz tu parte y permite que se obre el milagro. Al igual que Jesús, podemos convertirnos en instrumentos de la providencia divina cuando compartimos lo que tenemos, incluso cuando parezca limitado.
Este mensaje resuena poderosamente con el don de la Teruma. La Teruma, que significa «ofrenda» o «donación», nos recuerda que la mayor bendición no está en recibir, sino en dar. Dios invita a su pueblo a contribuir con lo mejor de lo que tienen, y al hacerlo, participan activamente en la creación de algo sagrado.
En nuestra vida diaria, enfrentamos el desafío de aplicar estos principios. ¿Estamos dispuestos a compartir lo que tenemos, confiando en que Dios multiplicará nuestras ofrendas? La Teruma nos enseña que nuestras contribuciones, ya sean grandes o pequeñas, son valiosas y pueden ser utilizadas para construir algo sagrado.
Hoy, te animo a reflexionar sobre tu capacidad para compartir la bondad del Reino de Dios. Confía en Dios, haz tu parte y sé como Jesús, un canal de bendición para los demás. Recordemos que la verdadera riqueza está en dar más de lo que recibimos. Que nuestras vidas reflejen la generosidad que hemos experimentado a través de la gracia divina.
Que el mensaje de compartir y dar, inspirado por el Evangelio de Marcos y el don de la Teruma, ilumine nuestro camino y fortalezca nuestra fe en el Dios que provee abundantemente.
¡Bendiciones para ti y los tuyos!