Disfruta de tu vida sanamente siguiendo a Jesús.
Ama, ámate y déjate amar.
Comparte lo que tienes, aunque sea poco; vive con alegría y da gracias a Dios.
Y, sobre todo, cuida tu corazón.
Recuerda: lo que sale de tu corazón es lo que regresa a ti. Vigila tus pensamientos, porque se convertirán en palabras; cuida tus palabras, porque se transformarán en acciones; y sé consciente siempre en tu actuar.
Trabaja para que tus pensamientos sean positivos y buenos, meditando sobre tus deseos y tu voluntad.
Reflexión: ¿Tienes la voluntad de caminar en santidad?
El vino nuevo del espíritu
En el Evangelio de Lucas (5,33-39), Jesús nos habla del vino nuevo que no puede ponerse en odres viejos, porque se rompen. Esta enseñanza, vista a la luz de la cábala, revela un misterio profundo sobre la renovación interior.
En la cábala, el corazón humano es visto como un recipiente, un kli, que contiene la luz divina. Cuando el recipiente está endurecido por hábitos, ego o viejas estructuras del pensamiento, no puede recibir la plenitud de la luz nueva que Dios quiere derramar. Es necesario purificar, transformar y abrir ese recipiente para que pueda contener el vino nuevo del espíritu.
Jesús nos muestra que el Reino no se vive con esquemas rígidos ni con una fe estancada en la costumbre, sino con un corazón dispuesto a dejarse transformar. El vino nuevo es la gracia, la alegría y la presencia viva de Dios que nos invita a un camino dinámico y en crecimiento.
La cábala enseña que cada día somos llamados a un tikkun, una reparación del alma, y esto solo es posible si no nos aferramos al pasado, sino que permitimos que lo nuevo de Dios se manifieste. Renovar el odre es renovar nuestro corazón: limpiar los pensamientos, elevar los deseos y abrirnos a la voluntad divina.
Así, comprendemos que caminar en santidad es estar siempre listos para recibir el vino nuevo del amor de Dios, con un corazón fresco, flexible y renovado en su luz.
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Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,33-39):
En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.»
Jesús les contestó: «¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.»
Y añadió esta parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: «Está bueno el añejo.»»
Palabra del Señor.