Querido lector,
Hoy me sumerjo en las profundidades del Evangelio según Marcos (7,1-13) para invitarte a reflexionar sobre una pregunta fundamental: ¿dónde está tu corazón? En este pasaje, Jesús nos enseña que la esencia de seguir su camino va más allá de los preceptos religiosos impuestos por los hombres; implica tener un corazón puro, capaz de hacer la voluntad de Dios.
Recuerdo las palabras de Jesús: «No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre». ¿Qué significa esto para nosotros hoy? Significa que nuestra fe debe ir acompañada de acciones que reflejen la pureza de nuestro corazón. Es un llamado a evaluar si realmente estamos alineando nuestras vidas con la voluntad divina, liberándonos de las ataduras que nos impiden elevarnos.
No te dejes engañar por las voces humanas; escucha la voz de Dios. Hacer la voluntad de Dios implica perseguir nuestros anhelos, pero con la conciencia de que no deben dañar a nadie. Cuando buscamos vivir según la palabra de Dios, Él convierte nuestra voluntad en la suya. Estamos en un viaje donde nuestros deseos se cumplen si los buscamos en oración, siempre y cuando estén alineados con la voluntad divina.
Recuerda, la vida no termina aquí; es eterna. Si aspiras al reino, vive de acuerdo con la palabra de Dios. Mantén la certeza de que mientras te guías por el camino que eliges, la oración será tu aliada. Terminemos esta reflexión con una sencilla oración:
«Jesús, maestro y fuente de amor, instrúyeme y enséñame a vivir en armonía. Sana mi corazón y condúceme por el camino de tu voluntad. Jesús, yo confío en ti.»
Que estas palabras resuenen en tu corazón y te inspiren a vivir una vida alineada con la voluntad divina. Que la paz y la gracia de Dios te acompañen siempre.
Con cariño,
Yôsef
EscuelaDeFe.com