En el Evangelio de Lucas (13,10-17), nos encontramos con una poderosa historia que nos enseña la importancia de esperar en Dios y confiar en Su santa voluntad. En esta narrativa, Jesús realiza un milagro en un día sábado, el día de descanso, que a menudo se consideraba sagrado según la ley. Sin embargo, la lección que emerge de este pasaje va más allá de las normas y preceptos, enfocándose en la misericordia divina y la atención al prójimo.

La historia comienza con una mujer que había estado encorvada durante dieciocho años debido a una enfermedad. Esta mujer, que sufría en silencio, llega a la sinagoga un día sábado mientras Jesús estaba enseñando. Es importante destacar que, a pesar de su dolor y su condición, ella buscó a Dios en un día de reposo, lo que nos recuerda que, en nuestros momentos de dificultad, debemos acudir a Él en busca de alivio y sanación.

Jesús, lleno de compasión, la llama y la libera de su enfermedad. En ese momento, la mujer se endereza, glorificando a Dios. Aquí vemos claramente cómo Jesús no solo cura a esta mujer, sino que también la libera de una vida de sufrimiento. Su fe y su búsqueda de Dios en el día sábado la condujeron a una transformación profunda.

Este pasaje del Evangelio también nos recuerda que, si bien debemos seguir la ley y los preceptos, la misericordia está por encima de todo. Jesús enfatiza que la misericordia y la atención al prójimo son fundamentales. Al sanar a la mujer en el día de descanso, Jesús nos muestra que el amor y la compasión divina superan las reglas humanas. Es una lección poderosa sobre el verdadero significado de la fe y la relación con Dios.

La historia de la mujer encorvada nos insta a crecer en la fe y a aceptar la santa voluntad de Dios en nuestras vidas. Al igual que esta mujer, debemos buscar a Dios en nuestros momentos de dificultad y confiar en que Él nos sanará en Su tiempo. Seguir a Jesús significa escuchar y aplicar Sus enseñanzas en nuestra vida diaria, mostrando misericordia y compasión hacia los demás.

Esperar en Dios implica saber que solo Él conoce nuestras necesidades más profundas y que, a través de la fe, podemos encontrar sanación y liberación. Siguiendo el ejemplo de Jesús, recordamos que la misericordia y la atención al prójimo son esenciales en nuestra vida espiritual. En lugar de enfocarnos en las normas, busquemos el amor de Dios y vivamos como verdaderos seguidores de Jesús.

Que este pasaje del Evangelio de Lucas nos inspire a crecer en la fe y a confiar en la misericordia divina mientras esperamos en Dios.

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