Jesús con su ejemplo de vida nos enseña a comportarnos en este mundo, haciendo todo por amor a Dios, nuestro Padre Celestial que nos provee de todo.

Si sabes que todo es de Dios, entonces por qué te preocupas por lo que das?

Lo que debes saber es que hay una cuenta celestial sobre lo que te pertenece y debes administrar.

Comparte lo que tienes con alegría, sea mucho o poco,  porque al final no te quedarás con lo que crees que te pertenece. Todo es de Dios.

Todo lo que hagas, hazlo por amor a Dios.

Lo que haces por amor, la vida te lo devuelve.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (14,13-21):

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»
Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»
Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»
Les dijo: «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Palabra del Señor.

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