El título lo dice todo: ‘Jesús da poder y autoridad’. Pero, ¿cómo podemos acceder a ese poder? No basta con simplemente invocar a Jesús; hay algo más profundo que debemos comprender y abrazar.

Cuando invocamos a Jesús, estamos abriendo la puerta a su gracia y enseñanza en nuestras vidas. Pero, para realmente vivir en el poder y la autoridad que él ofrece, debemos seguir sus pasos y vivir como él nos enseñó.

Jesús nos brinda el poder para expulsar demonios y sanar enfermedades, pero este poder no es solo un regalo, es un llamado a la acción. Significa convertirnos en fuentes de luz y sanidad para los enfermos y necesitados que nos rodean.

La clave para acceder a este poder radica en vivir de acuerdo con las enseñanzas de Jesús. Es comprometerse con la fe, la esperanza y el amor en la vida diaria. Es tomar sus palabras y acciones como nuestro modelo y, a través de ellos, ser un faro de poder divino en un mundo que tanto lo necesita.

Así que, si deseas verdaderamente vivir en el poder y la autoridad que Jesús otorga, no solo lo invoques, sino también sigue su ejemplo. Sé un discípulo fiel, vive como él nos enseñó, y verás cómo ese poder transforma tu vida y la de aquellos a quienes tocas.


Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,1-6):

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: «No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.

Palabra del Señor.

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