Jesús nos da la fortaleza para no caer en las tentaciones que se presentan en la vida y que desagradan a Dios. En el mundo siempre enfrentaremos tentaciones y pruebas que debemos superar con nuestra fe, que, como sabemos, consiste en creer y aceptar la voluntad de Dios con amor.

Por eso, cuando llegue la tentación, recuerda que lo más importante es la salvación del alma y la vida eterna.

No permitas que nada te desconecte de Dios.

No dejes que la sed de poder obstaculice tu servicio, que el deseo de bienes materiales anule tu libertad o que la búsqueda de placer te aparte de Dios.

En el momento de la prueba, recuerda que está escrito:

«No solo de pan vive el hombre».
«Al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo darás culto».
«No tentarás al Señor, tu Dios».

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El Desierto y la Prueba: Un Camino de Transformación

Cuando Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu y tentado por el adversario, no fue un castigo ni una coincidencia. En la tradición judía, el desierto (midbar) es un lugar de transformación, donde el alma se encuentra desnuda ante Dios. No hay distracciones, solo la oportunidad de elevarse o caer.

En la Kabbalah, el proceso de refinamiento espiritual se conoce como berur, la separación entre lo puro y lo impuro dentro de nosotros. Así como el oro se purifica en el fuego, nuestras almas se purifican en las pruebas. Cada tentación que Jesús enfrentó representa una lucha interna que todos experimentamos en nuestro propio «desierto».

1. El Pan y la Ilusión del Mundo Material
El adversario le dijo a Jesús: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan».
Jesús respondió: «No solo de pan vive el hombre».

Según la Kabbalah, este es el tikkun (rectificación) del deseo egoísta. El mundo material es una ilusión pasajera si no está conectado con la luz divina. Quienes buscan solo el pan material sin nutrir el alma, terminan en vacío. Jesús nos enseña que la verdadera vida proviene de la conexión con la Palabra de Dios.

2. El Poder y la Soberbia Espiritual
El adversario le mostró todos los reinos del mundo y le dijo: «Te daré todo este poder y su gloria si me adoras».
Jesús respondió: «Al Señor, tu Dios, adorarás y solo a Él servirás».

Aquí vemos el yetzer hará (inclinación al mal) queriendo inflar el ego con poder. En la Kabbalah, sabemos que el mayor enemigo del alma es la soberbia. Creer que podemos gobernar sin Dios nos aleja de nuestra esencia. Jesús nos recuerda que el verdadero poder está en la entrega total a Dios.

3.La Prueba del Orgullo y la Fe Ciega
El adversario lo llevó al pináculo del Templo y le dijo: «Tírate de aquí, porque está escrito que los ángeles te sostendrán».
Jesús respondió: «No tentarás al Señor, tu Dios».

En la Kabbalah, esto se relaciona con el concepto de emuná peshutá (fe simple y sincera). No debemos exigirle pruebas a Dios ni desafiar Su voluntad. La verdadera fe no necesita señales extraordinarias; se manifiesta en la confianza absoluta en que Dios nos sostiene en todo momento.


El Camino del Justo

Cada prueba que enfrentó Jesús es un reflejo de nuestras propias luchas diarias. El camino espiritual no consiste en evitar la tentación, sino en superarla con la conciencia de que cada desafío es una oportunidad de crecimiento.

El desierto representa ese espacio donde Dios nos purifica y nos hace más fuertes. No es un lugar de derrota, sino de victoria. Así como Jesús venció con la Palabra, nosotros podemos vencer nuestras pruebas cuando alineamos nuestra voluntad con la de Dios.

Que cuando enfrentemos nuestro propio desierto, recordemos que Dios nos sostiene, nos guía y nos fortalece. Y al final del camino, si permanecemos firmes, saldremos transformados, listos para cumplir el propósito divino en nuestras vidas.

Que Dios nos ayude a vencer nuestras pruebas con fe, humildad y amor. Amén.

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Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,1-13):

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.»
Jesús le contestó: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre».
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mi, todo será tuyo.»
Jesús le contestó: «Está escrito: Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto».
Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti», y también: «Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras».
Jesús le contestó: Está mandado: «No tentarás al Señor, tu Dios».
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.

Palabra del Señor.

Un comentario

  1. Gloria a ti señor Jesús 🙏 tuyo el poder y la gloria por siempre señor Jesús 🙏 Amén 🙏

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