- Bendito eres Tú, Señor nuestro Dios y Dios de nuestros padres, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
- Dios grande, valiente y temible, Dios excelso, creador del cielo y de la tierra.
- Tú sostienes la verdad a perpetuidad, Tú das vida a los muertos, Tú eres grande para salvar.
- Tú eres fiel a resucitar a los muertos. Bendito eres Tú, Señor, que resucitas a los muertos.
- Tú santificas Tu nombre en los que son santos. Bendito eres Tú, Señor, el Santo Dios.
- Con un himno de gratitud Te alabarán, Señor, los que habitan en Tu casa de santidad.
- A los justos, a los piadosos, a los ancianos de Tu pueblo de la casa de Israel, a los remanentes de sus estudios de la Torá, a los verdaderos conversos y a nosotros, que rezamos con rectitud, danos recompensa.
- Líbranos, Señor nuestro Dios, de la aflicción y del lamento, y de la plaga y de la destrucción, y del hambre y de la espada y de la peste y de cualquier aflicción, y sácianos de todas las bendiciones.
- Mira, ahora, que nadie haga el mal, ni peque, ni perezca, en manos de los hombres perversos o de bestias dañinas.
- Que el bien pase por el mundo, y corones con éxito a cada uno que confía en Ti, y que sean aceptables nuestras oraciones y ruegos.
- Escucha, Señor nuestro Dios, nuestras súplicas y ruegos y sé compasivo y acepta con benevolencia y con compasión nuestras oraciones.
- Pues Tú eres un Dios que oye oraciones y súplicas. No nos dejes con las manos vacías, porque Tú oyes las oraciones de Tu pueblo Israel con compasión.
- Bendito eres Tú, Señor, que oye la oración.
- Haz brillar la luz de Tu rostro sobre nosotros, Señor, nuestro Dios, y danos de Tu bondad con compasión, y sé compasivo con nosotros.
- Bendito eres Tú, Señor, que ilumina Su esplendor en el mundo.
- Acepta, Señor, nuestro Dios, este sacrificio y ruegos, y ten compasión y sé benevolente con Tu pueblo.
- Bendito eres Tú, Señor, que escucha nuestras oraciones.
- Sé bueno, Señor, nuestro Dios, con Tu pueblo Israel, y escucha sus oraciones. Bendito eres Tú, Señor, que oye la oración.