Jesús nos enseña el secreto para vivir con alegría y plenitud: cultivar emociones positivas que nos permitan tener buenos sentimientos y una vida en paz.
Para lograrlo, debemos permanecer fieles a sus mandamientos. Ese es el verdadero camino para recibir la gracia de nuestro Padre Celestial y todo lo que pidamos en el nombre de Jesús.
No te inquietes por la forma en que otros viven; recuerda siempre que Dios no puede ser burlado.

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Permanecer en el Amor es activar la Luz

Jesús nos revela un misterio profundo: si permanecemos en su amor, nuestra alegría será completa. No se trata solo de un mandato moral, sino de una tecnología espiritual, una clave para sintonizarnos con la Luz del Creador.

Desde la mirada de la cábala, entendemos que el universo fue creado con un propósito: que las almas reciban la Luz divina, pero no por egoísmo, sino en plenitud de propósito, a través de la transformación interior. El amor del que habla Jesús no es solo emocional; es una fuerza creativa, una energía espiritual que fluye cuando nos alineamos con la Voluntad del Altísimo.

Cuando Jesús dice “permanezcan en mi amor”, está invitándonos a conectar con esa Luz infinita (Or Ein Sof) que fluye desde las sefirot superiores —especialmente desde Jésed (la misericordia) y Tiféret (la armonía y belleza del equilibrio divino). Al obedecer sus mandamientos, no solo seguimos normas externas, sino que corregimos nuestra vasija interior, nuestro deseo de recibir, y lo transformamos en deseo de dar, que es el secreto del amor verdadero.

Por eso, Jesús no nos llama siervos, sino amigos. Porque el amigo comparte su intención, revela su corazón. Nos está mostrando el camino del tikún: la reparación del alma. Amar como Él amó es el mayor acto de transformación espiritual, y es también la forma más elevada de atraer bendiciones al mundo.

¿Quieres recibir la gracia de Dios? Entonces ama como Jesús. ¿Quieres que tus oraciones sean escuchadas? Entonces alinea tu alma con la armonía divina.
No mires lo que hacen los demás. No juzgues el proceso del otro. Solo recuerda: la Luz no puede ser burlada. Cada acción, cada pensamiento, cada intención, genera una resonancia en el universo espiritual.

Permanece en el amor. Ese es el camino. Ese es el fruto. Ese es el secreto que Jesús, el Maestro, nos reveló.

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,9-17):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Palabra del Señor.

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