En el Evangelio según Marcos (6,7-13), Jesús otorga a sus discípulos la autoridad para expulsar demonios y sanar a los enfermos. Es un recordatorio poderoso de que, como seguidores de Jesús, también compartimos esa autoridad para vencer los desafíos que se presentan en nuestro diario vivir. Sin embargo, esa autoridad viene con una condición fundamental: hacer la voluntad de Dios.
En nuestra vida cotidiana, a menudo nos encontramos atrapados en malos hábitos y cargas que nos impiden experimentar la plenitud que Dios tiene para nosotros. Pero, al igual que los discípulos de Jesús, podemos liberarnos de esas cadenas y cumplir con la voluntad de Dios. Jesús se convierte en nuestro bastón de apoyo, brindándonos sabiduría y equilibrio en cada paso que damos.
«En nombre de Jesús, alivianate de cargas y confía solo en Dios.»
Al liberarnos de nuestros propios demonios internos, encontramos una vida más llevadera y plena. La prosperidad, como se menciona en Reyes (2,1-4.10-12), se convierte en una condición añadida cuando perseguimos nuestros anhelos alineados con la voluntad divina. Esta prosperidad no se trata simplemente de acumular riquezas materiales, sino de experimentar una vida plena en todos los aspectos.
La Forma de Evangelizar: Ser Testimonio de Vida
Evangelizar no solo se trata de palabras, sino de vivir como Jesús nos enseñó. Ser un testimonio de vida, caminando en la autoridad y haciendo la voluntad de Dios, es la forma más efectiva de llevar el mensaje de amor y redención. Recordemos que nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras.
Hoy, toma un momento para reflexionar sobre tu vida. ¿Estás dispuesto/a a liberarte de las cargas que te impiden hacer la voluntad de Dios? ¿Estás dispuesto/a a seguir los pasos de Jesús y ser un testimonio viviente de su amor? Al hacerlo, encontrarás la verdadera prosperidad que viene cuando buscamos primero el reino de Dios.
Sigamos el camino, hagamos la voluntad de Dios, y permitamos que Jesús sea nuestro guía en cada paso de nuestro viaje.