Jesús nos enseña que es Dios quien provee.
Por eso, confía y trabaja para Dios sin preocuparte por las decisiones importantes de los hombres.
Si entregas tu vida a Dios y comprendes que Él es Todopoderoso, no te preocuparás por el pan.
Vive en amor, cumpliendo la Palabra de Dios.

La Providencia de Dios y la Sabiduría de la Kabalá

En Marcos 8:14-21, Jesús reprende a sus discípulos por su falta de comprensión espiritual. A pesar de haber presenciado la multiplicación de los panes, ellos siguen preocupados porque no llevan suficiente comida. Jesús les recuerda los milagros que han visto y les pregunta:

«¿Todavía no entienden ni comprenden? ¿Tienen el corazón endurecido?» (Marcos 8:17)

Aquí, Jesús nos enseña que Dios siempre provee, pero la verdadera provisión no es solo material, sino también espiritual. La ansiedad por lo material nos impide ver la abundancia de Dios, que no solo llena nuestras necesidades físicas, sino que transforma nuestra manera de vivir.

La Kabalá y la Conciencia de Abundancia

Desde la perspectiva de la Kabalá, la falta de fe en la provisión de Dios puede verse como una desconexión con la Luz Divina. Según la enseñanza kabalística, cuando una persona se preocupa en exceso por la escasez, está operando desde un nivel de conciencia inferior llamado «Da’at Nifrad» (conciencia separada), donde el ego ve el mundo a través de la carencia y el temor.

En contraste, la verdadera sabiduría está en «Da’at Elyon» (conciencia superior), que nos permite ver el mundo como una manifestación de la voluntad divina. En este nivel, entendemos que Dios nos ha dado la capacidad de recibir su abundancia, pero para ello debemos confiar y alinear nuestras acciones con su propósito.

En la Kabalá, este principio se relaciona con el concepto de Tikkun Olam (la reparación del mundo). Cuando vivimos en amor y confianza, reconociendo que Dios es la fuente de toda provisión, contribuimos a restaurar el equilibrio espiritual del mundo.

Vive en Fe, No en Temor

Jesús nos llama a salir de una mentalidad de escasez y entrar en la fe activa. No se trata solo de creer que Dios proveerá, sino de vivir con la certeza de que ya lo ha hecho.

En nuestra vida diaria, esto significa:

  • No preocuparnos por el futuro como si Dios no estuviera en control.
  • Enfocarnos en vivir con amor y generosidad, cumpliendo su Palabra.
  • Ser conscientes de que el verdadero pan es la enseñanza divina que alimenta el alma.

Así como los discípulos no entendieron el milagro de los panes en ese momento, muchas veces nosotros fallamos en reconocer la abundancia de Dios en nuestra vida. Pero cuando abrimos nuestros ojos espirituales, nos damos cuenta de que Dios siempre provee, y que la verdadera riqueza está en vivir en comunión con Él.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,14-21):
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca.
Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.»
Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.»
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?»
Ellos contestaron: «Doce.»
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?»
Le respondieron: «Siete.»
Él les dijo: «¿Y no acabáis de entender?»
Palabra del Señor.

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