Espera en Dios

Jesús nos revela que, al seguir su camino, nuestra vida se colma de esperanza y responsabilidad. Nos enseña a esperar en Dios y a confiar en que todo será renovado, incluso en medio de las dificultades, porque todo coopera para el bien de nuestra alma. El libre albedrío nos llama a asumir nuestras decisiones con fe y valentía, sabiendo que Dios sostiene un propósito más alto. Habla con Él, busca su voluntad y permanece atento, porque Jesús envía mensajeros que nos conducen hacia su Reino, aunque a veces pasen frente a nosotros sin ser escuchados.
El mensajero que despierta la conciencia
Hay verdades que no descienden como relámpagos, sino que caminan entre nosotros con rostro humano. La sabiduría de la cábala enseña que el Creador envía luz al mundo por medio de vasijas, y muchas veces esas vasijas pasan desapercibidas porque no brillan como esperamos. El problema no es la ausencia de señales, sino la ceguera del corazón que no sabe reconocerlas.
Cada alma recibe visitas sagradas a lo largo de su vida: palabras, encuentros, incomodidades que despiertan. Son mensajeros que vienen a ordenar el caos interior, a preparar el terreno para una revelación mayor. Pero cuando la conciencia permanece dormida, la luz es rechazada y el mensaje se pierde en el ruido de la costumbre.
La cábala nos recuerda que la redención no siempre llega envuelta en gloria, sino en corrección. Antes de la plenitud, viene el ajuste; antes de la consolación, la verdad. Quien no reconoce al mensajero, difícilmente comprenderá la misión que viene después. Por eso, cada rechazo retrasa el tikún del alma y endurece el sendero.
Despertar es aprender a ver. Escuchar más allá de las formas. Comprender que Dios habla también a través de aquello que incomoda, confronta y sacude. Bienaventurado quien reconoce al enviado mientras aún camina a su lado, porque ha entendido que el Reino comienza en la conciencia que sabe recibir la luz cuando llega.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,10-13):
Cuando bajaban del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó:
«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
Palabra del Señor.