Jesús nos revela que Dios es uno y que todo proviene de Dios, así como quién sigue sus enseñanzas podrá alcanzar la vida eterna.

Vivamos entonces de acuerdo a las enseñanzas de Jesus para vivir en el Reino de Dios en este mundo y para evitar el tener que pasar tribulaciones mientras llegamos a la vida eterna. Y para todo lo que tengamos que vivir, aceptemos con amor dando gracias a Dios por lo que pasamos, porque es para la expiación de nuestras transgresiones, «porque el SEÑOR disciplina al que ama, como el padre al hijo a quién quiere.» (Proverbios 13,12).


Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 34-11,1

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

Palabra del Señor.

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