En el Evangelio según San Juan, encontramos una poderosa invitación de Jesús a buscar primero el Reino de Dios. En el pasaje de Juan 16,23b-28, Jesús nos asegura que todo lo que pidamos al Padre en su nombre se nos dará. Esta promesa nos revela una profunda verdad: cuando priorizamos el Reino de Dios en nuestras vidas, todo lo demás viene por añadidura.

Es tentador caer en la trampa de buscar primero nuestras propias necesidades materiales o deseos terrenales, pero Jesús nos llama a algo más elevado. Nos invita a dirigir nuestras peticiones al Padre, pidiendo sabiduría para discernir Su voluntad y un corazón dispuesto a seguir Sus caminos.

Entender esta enseñanza es comprender que, al buscar el Reino de los Cielos, estamos pidiendo lo que verdaderamente importa. Estamos pidiendo ser transformados por la gracia de Dios, para que podamos vivir una vida que glorifique Su nombre.

Por eso, al final de esta reflexión, te invito a unirte en oración conmigo:

Oración:

Padre celestial, en este momento nos acercamos a Ti con humildad y gratitud. Te pedimos el don de la fe, para que podamos confiar en tu plan perfecto para nuestras vidas. Concédenos vivir en tu gracia, para que podamos caminar en tu luz y tu amor.

Te pedimos una vida llena de felicidad y alegría, no basada en las posesiones materiales, sino en la plenitud que solo tú puedes brindar. Infunde en nosotros un espíritu de amor que trascienda fronteras y difunda tu paz por todo el mundo.

Que nuestras peticiones estén siempre alineadas con tu voluntad, buscando siempre glorificarte en todo lo que hacemos. Amén.

Que esta oración nos recuerde que, al buscar primero el Reino de Dios, estamos abriendo nuestras vidas a bendiciones más allá de nuestra imaginación. Que podamos confiar en Su promesa de que todo lo demás vendrá por añadidura.

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